![Resultado de imagen para monstruos](https://i.ytimg.com/vi/6qP1ZBuqBwk/hqdefault.jpg)
Juan se disponía a irse cuando oyó un ruido detrás de los arboles del parque. Se acercó y vió una imagen extraña como tentáculos verdes, tratando de pasar imágenes dentro de una caja negra de la cual se desprendían luces de todos colores. Se quedó estupefacto y asustado con ganas de correr y decírselo a alguien, pero prefirió callar y seguir allí viendo y en silencio a ver que hacían esas extrañas cosas. Al momento éstas, distintas a todo lo que el ser humano hubiese visto nunca antes, empezaron a crecer y a retorcerse, como si les estuvieran saliendo barrigas, y de las barrigas nacían más y más tentáculos, delos cuales el tentáculo mayor, tocando la caja negra, hacía que a cada una la iluminara un color diferente de las imágenes de colores que salían de la caja. Las imágenes tenían diferentes formas, las cuales tomaban los tentáculos a medida que iban creciendo, figuras extrañas, con cachos y garras, dientes y barrigas y brazos peludos y algunas veces, como con piel de dinosaurio ojos como bolas de cristal que parecieran que tuvieran fuego dentro. Eran como monstruos esperando salir de su escondite para comenzar la guerra contra los hombres del planeta.
Juan sorprendido con todo esto recordó que llevaba consigo su celular y que era mejor que lo apagara, por si acaso su mamá llamaba no lo descubrieran estos monstruos mientras los veía. Así que lo apagó, y se dispuso a seguir viendo el espectáculo frente a sus ojos. En ese momento se acercó a Juan un policía amigo de su mamá que lo vió, de vaina, metido entre los matorrales, del lado donde comenzaba el bosque que quedaba detrás del parque. Le llegó por la espalda y lo agarró por el hombro. ¿Juan qué haces, no sabes que tu mamá te está buscando por todos lados como loca?.
Al hablar el policía todos los monstruos se filtraron a través de las luces de colores y, en cuestión de segundos, desaparecieron entrando en la caja, la cual se tornó vieja y fea como una caja de cartón.
Juan le contó todo lo que había visto a su mamá y al policía quienes creyeron que él se había metido algo, porque no era normal que hablara así, le dieron una pela y lo dejaron sin televisión y sin merienda durante una semana. Desde entonces, cada vez que Juan iba al parque sentía que unos tentáculos de colores lo observaban desde el bosque.
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